Se llama IQON y, con sus 130 metros de altura, se ha convertido en el edificio residencial más alto de Quito, la capital de Ecuador. Diseñado con los últimos criterios de diseño biofílico, este gran gigante acelera el crecimiento vertical del skyline urbano, históricamente caracterizado por edificios bajos y densos.
Una torre enorme que cuenta con 32 plantas sobre una superficie de 55 000 m², para un total de 215 viviendas, además de oficinas, locales comerciales y áreas reservadas para servicios comunitarios.
El proyecto es obra del estudio danés BIG - Bjarke Ingels Group que optó por realizar el edificio sobre una planta en forma de L y dotarlo de una única fachada, formada por numerosos paralelepípedos de hormigón visto. Estos elementos salientes se desarrollan en un movimiento giratorio a lo largo de la esquina curva de la fachada, para dar a los apartamentos una terraza exterior y vistas a la ciudad, al vecino parque de La Carolina y al volcán Pichincha.
Una comunidad vertical que - también celebra externamente - la biodiversidad típica de Ecuador. Y es que, para aprovechar el clima templado de la capital, el proyecto contempla como el rascacielos se transforma en la continuación ideal del espacio verde que lo rodea; las terrazas albergan numerosas plantas autóctonas, distribuidas en jardineras que se integran en la estructura del propio edificio.
Es como sí, a través de una exuberante vegetación, el parque quisiera escalar la fachada, hasta el techo.
La distribución de los apartamentos dentro de la torre también contribuye al bienestar de sus habitantes. Cada uno de ellos tiene doble orientación, con balcón tanto en el lado norte como en el sur, para disfrutar de vistas de toda la ciudad y ventilación cruzada en todas las estancias.
Y es precisamente en el interior de uno de ellos donde Caesar hizo gala de las maravillas del Made in Italy con su gres porcelánico.
Inspirada en las antiguas cuarcitas, forjadas por acciones primordiales de la naturaleza, la colección cerámica Clash decora los suelos de la sala de estar con gracia y discreción, integrándose armoniosamente en el contexto limpio que define el interior.
En el formato cuadrado de 60x60 cm y en el color Spirit, Clash captura la esencia verde del alma de IQON, prestando toda su elegancia y carácter a los diseñadores.
Credits: JAG Studio